Son las 10 am. Y me siento como muchas veces últimamente:
desganado, decaído y pesimista. Miro el celular y no hay mensaje alguno… Salgo
de la cama voy al espejo, me quedo ido, reacciono y entonces caigo en cuenta
que es cierto, te marchaste hace unos días.
Hablamos días después de la operación que le hicieron y recuerdo
claramente que me dijo: luco, quiero descansar ahora. Sentí su voz quebrada y yo
sólo pude darle ánimo y decirle que todo saldría bien, que pronto todo sería historia.
Los días posteriores a eso todo intento de comunicación con
él se hizo imposible, su celular estaba apagado era la razón porque ni mis
mensajes de whatsapp tenía respuesta.
Días más tarde una llamada de un conocido me tomaría por sorpresa,
Luis se había ido, la operación había traído complicaciones que su cuerpo no
pudo soportar, estaba pasmado, me metí al baño, llamé a mi madre y llorando le
dije que Luis se había ido, ella apenada me dijo que me calmara, que quizás
debido a las complicaciones que Luis ya tenía era lo mejor, que ahora él estaba
en un lugar mejor.
Llegué hasta su casa ese mismo día por la noche, tenía
miedo, pero debía llegar, era lo mínimo que podía hacer, quería despedirme de
él. Saludé a todos y le di el pésame a su padre y una de sus hermanas, vi a su
madre parada a un lado del ataúd y no pude darle el pésame, preferí no hacerlo
y es que creo que no hay palabras ni nada de lo que yo pudiera decir o hacer
que aplaque el dolor que ella debía de sentir en ese momento y yo no quería
volverme causante ni testigo de una crisis pues yo también podía sumarme a
ella, ver llorar a una madre por su hijo, el hijo que se va, podía ser demasiado
para mí.
Me senté y los recuerdos que llegaban hacían que mis ojos se
inundaran de forma discreta, recordaba los días que llegué al hospital a verlo,
las quejas que su madre me daba y los resondrones que le tuve que dar a Luis
con su madre presente y las conversaciones con ella a solas.
Luis siempre demostró ser una persona fuerte a pesar de las
adversidades, aprendió a seguir a pesar de todo y aprendió también a sonreír a
pesar de tener el alma quebrada y es eso que algunas de las personas que lo
conocimos un poco más pudimos ver, mostrarte una sonrisa cuando la situación no
lo ameritaba.
“Querido Luis, quizás era momento de decir basta y de
descansar, tengo la certeza de que ahora estás más tranquilo y en un lugar
mucho mejor, tu partida nos deja mucha pena y lágrimas que de seguro el
tiempo transformará en recuerdos bonitos, cada vez que vea unas rosas azules será
un aviso de tu parte para hacernos saber que tampoco nos olvidas”
Nos vemos pronto amigo…
;_;
ResponderBorrarUff siento mucho tu pérdida :(
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