lunes, mayo 16, 2016

Día 05!

El quinto día luego de tu partida ha llegado, me siento extraño, ingreso a tu habitación y me siento en la cama clínica que albergó tu sufrimiento éstos últimos meses. ¿Es posible que te hayas marchado? - me pregunto mientras tomo en mis manos un pequeño cuadro con tu fotografía.

Siento el corazón dividido en dos, una parte se encuentra tranquila porque tu sufrimiento ha cesado pero, la otra parte no encuentra consuelo y llora el no tenerte, al ser consciente de que ya no podré tomar tu mano, tampoco besar tu frente y menos estrecharte entre mis brazos y decirte que te amo.

Estos días no he podido llorar, siento una extraña tranquilidad, mi hermana dice que es la tranquilidad que produce el saber que estás mejor ahora, que los meses anteriores fueron de lágrimas o simplemente lloramos tanto que por el momento se nos acabaron las reservas de llanto, como fuere, siento un poco de miedo de quebrarme en algún momento más adelante.
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Dicen mis tías que al quinto día recién tu alma se dará cuenta que ya no está en la tierra y eso me ha dejado en pendiente, pienso en los sentimientos que tendrás al ya no saberte entre nosotros y desde entonces tengo la necesidad de saberte bien, todos los días espero que aparezcas en mis sueños y me digas que estás bien mientras siento el tibio de tu cuerpo en un abrazo prolongado que me consuela. 

Gracias Michi amada, siempre estarás en mi corazón, y cuando necesite abrazarte lo haré en mis hermanas y mis sobrinas a quienes amaste sin medida. 

¿Somos valientes? - pregunté
Somos valientes - siempre respondiste

(“un cáncer se llevó a mi madre y con toda valentía luchó hasta el 01 de mayo de 2016 – Hasta siempre Michi”)